domingo, 10 de abril de 2011

el valor del respeto en la sociedad / realizado por: Kelly Bracamonte / UJGH


El respeto según Piaget

El respeto a las normas se deriva del respeto al grupo y la necesidad de un cierto orden en el mismo para el mantenimiento del juego, sin embargo, la aplicación de estas normas y de los conceptos y sentimientos morales es poco flexible. Las normas no son ya cosas, pero siguen estando ligadas a las cosas y situaciones concretas, probablemente porque la capacidad intelectual de los niños no ha llegado aún al desarrollo del pensamiento abstracto y de la generalización.

De los siete a los once años, los niños adquieren la capacidad de realizar operaciones mentales con los objetos que tienen delante. No pueden aún hacer generalizaciones abstractas pero se dan cuenta de la reversibilidad de algunos cambios físicos y de las posibilidades del pensamiento para detectar relaciones entre las cosas. Las normas dejan de ser vistas como cosas reales que tienen su origen en una autoridad absoluta y exterior -los adultos- y comienzan a basarse en el respeto mutuo entre los compañeros de juego, los iguales. De aquí surge la noción de la convencionalidad de las normas o reglas de los juegos, que son vistas como productos de acuerdos entre los jugadores. Surgen sentimientos morales como la honestidad necesaria para que los juegos funcionen y la justicia.



La ética categórica de i. Kant.

Si bien no es Kant el primero que elabora una reflexión ética donde el respeto se presenta como fundamental —es suficiente recordar la escuela estoica, la reflexión platónica sobre la ley o, más cercano a Kant, la filosofía de Pascal—, sí es el primero en vertebrar conceptos y prácticas, ya presentes en la tradición ética y en la vida cotidiana, sobre la base del respeto, aunque es cierto que algunos lo considerarían insuficiente. El análisis del respeto contiene toda la /ética kantiana y, en concreto, la que hace referencia al trato con el otro. En el respeto, un querer, una / voluntad personal, se impone un límite, reconociendo otro querer, otra voluntad. La cosa es objeto de mi deseo, está en mis medios; la persona es fin en sí, no es medio, es límite a mi deseo. El otro se presenta, en la reflexión kantiana, como límite práctico-ético; el otro es un otro que vale y existe frente a mí. La fuerza del análisis kantiano es haber ligado el problema de la persona al de la obligación y el de la obligación al de la razón práctica. El reconocimiento de la /existencia de otro es correlativo de la doble instancia del deber ser y de la racionalidad en tanto que práctica. Lo que es digno de respeto por parte mía en el otro es lo que Kant denomina, y será una denominación con éxito, humanidad. Gracias a que soy un ser de respeto —en el doble sentido de respetar y ser respetado—, estoy situado en el campo de las personas, de la humanidad. La insistencia kantiana en el respeto empalma con su doctrina del imperativo categórico (formal) y su expresión predilecta, que es el criterio de universalización de las máximas de acción.



El respeto como virtud moral

El respeto también puede considerarse como punto medio entre dos extremos vistos por exceso y por defecto.

  1. Por defecto: el miedo, tanto a las personas que le rodean como a objetos o situaciones que afronta el individuo, llevándole a situaciones de imposibilidad a realizar determinados proyectos o metas, tal el caso de los complejos de inferioridad.

  1. Por exceso: el abuso o desmedida de los límites preestablecidos para un correcto orden y trato de las personas o situaciones de cada individuo, lo que lleva a conflictos con los otros como también la imposición de límites y/o normas a fin de superar la crisis del abuso y restablecer el orden de los derechos de cada individuo.


Historial Real:   Cicatrices -  Valor el Respecto

Esta es una historia real, sobre los conflictos que puede vivir una familia cuando cae en una vida rutinaria, la falta de respeto, la presión y la incomprensión, que hace sufrir a los hijos. esta es la historia de un matrimonio que vive en una profunda crisis de emociones, donde el padre, lleno de problemas amenaza, ofende y golpea a su esposa maltratándola hasta dejarla moribunda.




Recomendaciones
El respeto a las personas es una aceptación y valoración positiva del otro por ser persona. Lleva consigo una aceptación incondicional de la persona tal y como es.

Es decir, una aceptación sincera de sus cualidades, actitudes y opiniones; una comprensión de sus defectos. En el plano humano, el respeto a las personas implica no considerarse superior a nadie. Todos sentimos que tenemos el derecho a ser respetados por los demás en nuestro modo de ser, de actuar y de expresarnos. Esto exige de nosotros el deber de respetar igualmente a todas las personas.

El respeto a las cosas es una actividad de valoración de todos los seres animados o inanimados, naturales o elaborados por el hombre, como medios necesarios para la vida y la realización personal de los seres humanos, en diversos niveles.

En efecto, el hombre necesita de las cosas para cubrir todas las necesidades vitales, desde las necesidades más primarias y básicas (comida, vestido, alojamiento) hasta las necesidades más elevadas (desarrollo intelectual, contemplación y creatividad artística, etc.). En concreto el respeto a las cosas lleva consigo actitudes de: admiración y aprecio de la belleza de las cosas y de su utilidad. Delicadeza en el uso y colaboración en el mantenimiento de las cosas que existen para el servicio y disfrute de todos.

Pensamiento Reflexivo
"Respetar es cuando sabes que estás haciendo bien y te sientes conforme contigo mismo, es saber como comportarse en determinado momento".